Testimonios

En julio 2016 me diagnosticaron un cáncer de cuello del útero y una de las primeras cosas que hice fue llamar a Ana ya que yo ya era paciente de ella desde hacia varios años y sabia de su apoyo y sanación a pacientes con estas patologías, ella me dijo que leyera un testimonio de una chica que se había curado del papiloma y que no me preocupara. Esto me tranquilizo mucho, sabia que podía contar con ella, y en cuanto volví a Barcelona dos meses después del diagnostico comenzamos con sesiones cada 15 días donde Ana me ayudo no solo con la parte física sino también la parte psicológica y mental. Luego de 4 meses de tratamiento tradicional mas terapias alternativas mi cancer estaba curado totalmente. Le tengo total confianza y agradecimiento a Ana por haber estado allí y haberme apoyado y ayudado en todo momento, creo en su metodología y sobre todo en su magia de hacer un día lluvioso en un día lleno de luz y sol! Gracias Ana.
- Jessica
Quiero contar mi testimonio sobre mi hijo de 6 años que constantemente padecía de otitis o siempre estaba con las defensas tan bajas y no tenía ganas de hacer nada y esto acompañado del poco apetito era para una madre frustrante.
Gracias a un amiga, pude conocer a Ana lo cual en una sesión logró que mi hijo cambiara completamente, ahora el se siente bien, pero no sólo le quitó las molestas otitis, sino que su ánimo y su personalidad cambiaron completamente, estoy tan agradecida con ella, que no tengo palabras para decirlo.
Muchas gracias Ana!
- Lía


¡Otro encuentro maravilloso!
En el camino de mi vida tuve la suerte de conocer a curanderos, chamanes y otras personas más, cuyas vidas están programadas para ayudar a los seres humanos y al planeta Tierra.
O sea, que conocer a Ana Lombard no fue para mí un descubrimiento en cuanto se refiere al campo de la medicina paralela. El día dichoso que conocí a Ana sentí que una bendición había tocado a mi puerta. Me atendió una mujer dulce, educada y sonriente, cuyo conocimiento no deja de asombrarme y sorprenderme cada vez que llego a su consulta.
Hace muchísimos años al despertar de un mes de coma, tomé la sabia decisión de buscar ayuda donde los “médicos del cielo” o donde los “médicos iniciados por la mano de Dios”. Y, desde entonces, he tenido la oportunidad de conocer personas extraordinarias.
Ana Lombard es una de ellas.
No tengo palabras para describir lo que hace, pues sus técnicas de trabajo no son nada corrientes pero si terriblemente eficaces.
Gracias al Universo, gracias a la vida por este magnífico encuentro con Ana.
Gracias a ti, Ana, por todo lo que das a los que tienen la suerte de conocerte.
- Audrey Miller
A TRAVÉS DE TUS OJOS.
Los que tenemos la suerte de conocer a Ana Lombard, sabemos el don que le ha sido otorgado por el Universo, para hacer el bien.
Para las futuras personas que aun no la conocen, intentaré a través de mis ojos y mi corazón decirles como es Ana.
El primer día de conocerla me sorprendió su energía tan llena de amor, su sinceridad que le hace ser una persona especial. La expresión de sus ojos, sabedores al instante de lo que germina dentro de cada cuerpo.
Para Ana no hay naturaleza muerta dentro de nosotros, solo desarreglos y disfuncíones de nuestros órganos.
A través de sus ojos sabios y su mirada viva tiene el poder de penetrar al interior del cuerpo de sus pacientes.
Me hace pensar que posee Rayos X, que al penetrar en el cuerpo le comunica nuestras enfermedades y bloqueos.
Supongo que es difícil de entender, pero para mí, es así.
Sus ojos son infinitamente comprensivos.
Su mente poderosa, llena de amor y entrega hacia los demás, hace que la convierta en un ser excepcional.
Su cara menuda y su cuerpo delgado me hace recordar a un pajarillo indefenso. Nada más lejos de la realidad.
Con todo mi cariño
- Marisol Corominas


Soy una paciente de Roser Martínez y me gustaría hacer una valoración de todo el seguimiento y de los resultados de mi dieta.
Todo empezó a raíz de que yo quería hacer una dieta para aprender a comer de forma más equilibrada y poder perder algunos kilos para sentirme mejor, ya que al no seguir una dieta equilibrada llegué a un punto en el que empecé a ganar algunos kilos de más.
Acudí a ella y desde un principio el trato fue muy correcto, transmitía seguridad y confianza y ello me ayudó a querer seguir adelante con mi dieta.
Por otro lado, también me gustaría destacar que lo que también me ayudó mucho en el proceso fue que no siempre era la misma dieta, las iba variando, y así no se hacia tan pesado seguirla. Además todos los platos eran muy fáciles de elaborar y con alimentos que me gustaban, en la primera visita ya le había dicho los alimentos que no me gustaban para poder evitarlos en la dieta y ella no los incluyó.
Pero, dejando de lado la dieta en si, me gustaría comentar que todo el seguimiento que hizo, las visitas, etc. fueron muy buenos y que siempre estuvo atenta en todo el proceso y con un trato muy agradable y profesional.
Finalmente, decir que los objetivos marcados se han cumplido, tanto en lo que respecta al tiempo de duración de la dieta como de los kilos que quería perder, y por lo tanto no tengo ninguna queja con el trabajo que ha hecho conmigo y le estoy muy agradecida.
Es una dietista que puedo recomendar sin ninguna duda.
- Gemma
Yo llegué hasta Ana Lombard porque las casualidades no existen. Tengo un hijo de 17 años que como muchos chicos de su edad se encontraba perdido, desmotivado y ante un grave fracaso escolar. Yo como madre estaba muy preocupada no sólo por sus estudios, sino también por su desmotivación y abandono.
Buscando e informándome sobre quién le podría ayudar encontré ENLACE y sentí que Ana podía ser esa persona. Llamé y Mónica al escuchar cual era mi problema me buscó un hueco para que Ana pudiera visitarlo. De eso ya hace unos meses y mi hijo hoy es otro. Ana, además de ser una gran persona, tiene un don que le permite curar con sus manos tanto problemas físicos como anímicos. Desde el primer momento él creyó en ella y así le ayudó a recobrar la confianza en sí mismo, lo desbloqueó , le dio fuerza y fortaleció su autoestima.
Hoy vuelve a sentirse feliz y su actitud hacia la vida en general es totalmente positiva. Sus estudios han mejorado enormemente gracias a las técnicas de respiración que le dio Ana y gracias también a la inestimable ayuda de Ester, la psicóloga del centro, que le enseñó técnicas de concentración y de estudio. Lo mejor es que mi hijo sigue acudiendo a sus visitas con Ana porque él quiere hacerlo, nada le influye para que lo haga…desde el primer día confió en ella porque le dio la fuerza que había perdido.
Gracias Ana. Gracias Mónica. Gracias Ester. Formáis un gran equipo humano. Ha sido un gran placer conoceros, os estaremos siempre profundamente agradecidos.
- Raquel Torres


Yo conocí a Ana hace unos cuantos meses y sinceramente sólo puedo hablar cosas maravillosas sobre ella.
Yo buscaba una terapia adecuada para mi hijo que tiene once años. Cuatro años atrás mi ex nos abandonó tanto a mi como a mis dos hijos y después de pasar una auténtica odisea…altos y bajos vuelve a reaparecer hace dos en nuestras vidas .Este hecho conmocionó auténticos estragos en la corta vida de mi hijo; sobre todo en el tema emocional: inseguridades, miedos, baja la autoestima y muchas discusiones familiares sin que yo le pudiese ayudar ya que es un niño que aunque parezca muy extrovertido es muy sensible y muy suyo. Lo intenté con dos psicólogos pero fue un fracaso ya que no había manera que él se abriese.
Entonces hablando por casualidad con una conocida, a la que le doy también las gracias, me habla de Ana, de su propia experiencia y lo bien que le fue . Decidí probar y debo decir que desde que se vieron la primera vez hubo un feeling entre ellos. Luca ha cambiado en muy poco tiempo, se le siente más feliz y más abierto para hablar de sus emociones; sus berrinches son mucho más cortos; en fin ha hecho un cambio impresionante. Se siente a gusto con Ana, se alegra cuando le toca ir. Visto todos éstos cambios hace un mes que también decidí ponerme en manos de ella, y la verdad es que también noto esos cambios nuevos y buenos.
Recomiendo a todos estos padres que tienen problemas con sus hijos o ven que sus hijos sufren a Ana, por esa ternura, dulzura, sensibilidad. Esa mirada con amor que sabe en todo momento lo que te pasa.
Le doy las gracias por todo lo que ha hecho por nosotros, por ese cambio.
Palabras de Luca de cómo es Ana: simpática, buena, perfecta. Estoy muy a gusto con ella.
- Nadine Escorsell

Testimonio de una vivencia increíble: Curación de mi virus del Papiloma humano gracias a Ana Lombard.
Me llamo Stefania, tengo 30 años y durante casi 10 años, mis análisis ginecológicos siempre detectaron un persistente virus del Papiloma humano, muy “gentil” pero a la vez “muy malo”. Mis anticuerpos lo intentaron combatir, pero no desaparecía… el virus del Papiloma persistía, hasta el punto que empezaba a modificar mis células.
Fue un familiar mío quien me contó sobre “los milagros” que Ana realizaba. Nunca antes había ido a ninguna consulta donde realizaran tratamientos como los que hace Ana, por lo tanto, era algo completamente desconocido para mí. Curar a una persona a través de su energía siempre me había parecido algo absolutamente imposible, pero decidí ir a verla a su consulta y allí todo se volvió real.
Sentía curiosidad por saber si este método de curación podía influir en mi enfermedad, entonces fui a visitarla.
La sesión fue intensa emocionalmente, sin comprenderlo ni quererlo, Ana hizo salir muchas cosas ancladas en mi interior. No tenía ningún control sobre mí, las emociones afloraban sin que yo pudiese dirigirlas. Sentía su energía y su trabajo que actuaba en mí. Sentía mi cuerpo aflojarse, relajarse, y sentía como Ana redirigía toda la energía en mi interior…
Algunas semana más tarde, acudí a la cita con mi ginecóloga con el fin de poder efectuar una prueba médica para evaluar el estado de mi virus del Papiloma y las células modificadas por el mismo. Entonces, por Milagro, después de tantos años combatiendo esta enfermedad, ya NO tenía nada, todo había desaparecido después de que Ana me hubiese "tocado".
Mil Gracias Ana, por ser tan extraordinaria…
-Stefania Chaves R., 30 años – Ginebra (Suiza)
Mi hijo tenía 6 años y todavía se hacía pipi en la cama: todas las noches y entre tres y cinco veces cada noche. La situación era bastante desesperante, tanto para el niño, que se sentía frustrado y no quería llevar pañales porqué deseaba superar sí solo la situación, como para nosotros, los padres, que no dormíamos en toda la noche cambiando sábanas y pijamas y preocupados por la autoconfianza de nuestro hijo.
Durante el día todos sufríamos las consecuencias de una mala noche. Habíamos dado multitud de vueltas por todo tipo de médicos y probado todos los métodos hasta que fuimos a parar a las manos de Ana. Y realmente nuestra vida cambió bastante ya a las tres semanas del inicio de la terapia (hábitos, respiraciones y un par de consignas antes de ir a la cama): el niño empezó a controlar bastante durante la noche aunque todavía se le escapaba pero con menos frecuencia. En ese momento, en que todavía el niño no controlaba al 100%, y aconsejados por Ana, nuestro hijo asistió a la semana blanca sin pañales, con mucha ropa de recambio y con muchas ganas por su parte (era su gran reto).
Pese a mis temores de madre, la experiencia fue un éxito total, sólo tuvo un par de incidentes durante las cinco noches que pasó allí, pero junto con su profesora, resolvió el tema perfectamente sin que sus compañeros de habitación se dieran cuenta de lo ocurrido. A partir de este momento, Max continuó su terapia con Ana para afianzar todo lo conseguido hasta entonces.
Con el tiempo se había convertido en un niño más seguro de sí mismo, más autosuficiente e independiente y sobre todo consciente de sí mismo, de sus emociones y de sus reacciones a éstas y de las consecuencias de sus acciones durante el día en la noche.
Las herramientas que Ana le ofrecía le ayudaban a crecer. Max maduraba a todos los niveles. El tema de la enuresis en tres meses ya estaba totalmente solucionado, aunque con el tiempo hemos tenido alguna recaída puntual de la que la misma Ana ya nos advirtió que sucedería y que entraba dentro del proceso normal.
Durante este tiempo de terapia, y como ya he comentado, Max aprendía a gestionar sus emociones y vivencias para “pasar una noche feliz” (ese era el mensaje principal). En una de las sesiones, al finalizar, Ana me comentó que Max había hecho un dibujo de una lagartija en la que algo fallaba, ella creía que el niño tenía un problema de visión y me aconsejó que visitara a un oftalmólogo. A mí, en un principio, me extrañó lo que me dijo porque en ninguna de las revisiones pediátricas me comentaron nada, un año antes en una revisión en el oftalmólogo éste tampoco encontró nada fuera de lo normal y en el colegio el niño tenía un aprendizaje normal y sin problemas, al contrario, llevaba 5 meses aprendiendo a leer y ni él se quejó de la vista ni la profesora nunca fue capaz de detectar nada. Pero evidentemente, pedimos hora al oftalmólogo y mi sorpresa fue enorme, en negativo por supuesto, cuando la doctora me dijo que Max sólo tenía un 40% de visión en uno los ojos, que padecía de una fuerte hipermetropía en ambos ojos y que tenía un ojo vago.
En seguida, tomamos las medidas necesarias: a Max le pusieron gafas, cinco dioptrías en cada ojo (aunque hubiera necesitado un poco más, era una forma de forzar a los ojos a trabajar), y empezamos con una terapia con la optometrista. Todos los oftalmólogos con los que consultamos en su momento no eran demasiado partidarios de los ejercicios optométricos, no pensaban que ayudaran demasiado pero tampoco creían que pudieran hacer daño. Nosotros empezamos a trabajar con la optometrista porqué Ana así nos lo aconsejó. En lugar del parche de farmacia que la oftalmóloga nos había recomendado, Max usó un parche de plástico blanco opaco (tipo pirata) que no le permitía ver pero era traslúcido (así el ojo no perdía capacidad) y no lo llevaba ni cada día ni todas las horas del día, seguimos un patrón establecido por la optometrista, junto a unos ejercicios de ojos y físicos, así como la utilización durante unos minutos al día unas gafas de distintos colores que estimulaban la visión de Max y otros aspectos relacionados. Como este problema visual se detectó justo a final de curso, pudimos trabajar con los ojos Max durante todo el verano y al finalizar éste Max había recuperado visión hasta un 80% y ya no tenía que llevar parche, así que su incorporación al nuevo curso fue del todo normal.
Actualmente, Max es un niño con resultados excelentes en el colegio pero estoy segura que sino hubiéramos detectado el problema a tiempo hubiera tenido problemas de aprendizaje que sus profesores difícilmente hubiesen podido diagnosticar, y en estos casos el tiempo es oro y por ello importante una detección precoz . Ahora la visión de Max con gafas es del 100% y poco a poco vamos reduciendo dioptrías según él va mejorando. Max es un niño feliz que gracias a su ángel de la guarda (Ana). Gracias Ana.
-Monica


A finales de junio de 2009, mi ginecólogo me comento que tendría que empezar a asumir que mi tercer bebe debería nacer por cesárea, puesto que no se encajaba y estaba transversal. Estaba de 37 semanas y mis anteriores dos partos fueron naturales y sin ninguna complicación.
El hecho de no poder dar a luz de forma natural, me causaba una mezcla de miedo, ansiedad y malestar. Lo comente con Ana y aunque no era la situación ideal puesto que el bebe era ya muy grande y había poco margen para el movimiento, decidimos intentarlo. En la primera sesión, Ana comprobó que el bebe era muy receptivo, y sentí como las manos de Ana, de manera suave marcaban un camino y supe que sería posible.
En dos sesiones más, llenas para mí de magia, con la imposición de las manos, Ana llamó a mi bebe para enseñarle como debía colocarse para venir. El día 7 de julio nació Inés en un parto natural perfecto. Gracias Ana
-Mamá de Inés
Ana tiene un don. Difícil de explicar con palabras. Hay que vivirlo.
El pasado abril de 2015, fui a verla. Hacía aproximadamente 4 años que no acudía a su consulta, pero sentía que necesitaba que alguien me hiciera una lectura global de mi cuerpo, de mi mente, de mis emociones. Los últimos meses estaban siendo intensos a diferentes niveles, por lo que necesitaba una “puesta a punto”.
Como siempre, cruzamos unas cuantas palabras. Una charla no muy extensa, lo justo y suficiente para tomar conciencia de los aspectos a trabajar. Después, pasamos al “masaje". Para los que no la conocéis, no penséis que se trata de un masaje al uso. Los masajes de Ana son la mínima expresión de nuestra idea preconcebida de lo que es un masaje, pero es increíble experimentar cómo reacciona el cuerpo mientras te lo está haciendo.
Justo antes de irme, me pidió que me hiciera una analítica y que pidiera hora al endocrino. Vio algo en la tiroides. Aquel algo resultó ser un nódulo benigno de más de 3 cm de diámetro. Desde entonces, hemos estado trabajando para eliminar las adherencias del nódulo y evitar que se hiciera más grande. En el último control (febrero 2016), parece ser que lo hemos conseguido. Aunque tenemos que seguir trabajando en ello, si no hubiera sido por Ana, el nódulo no se hubiera detectado.
Para finalizar, quiero deciros que antes de volver a Enlace, estuve visitando durante 4 años, de forma continua (cada 3 meses) una consulta de medicina homeopática y biológica. Y me pregunto: ¿por qué no me diagnosticaron el problema ellos? Grave. Muy grave.
Muchas gracias, Ana.
-Mireia Torres
